El Huehue de Antes...
- Jorge Castillo
- Jun 30, 2017
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Basado en los relatos de don Jacinto Sosa Alvarado
(Tomado de un artículo "La vida de antes en Huehue" de la Revista "Nosotros. La Gente de Huehue")
En medio de un ambiente confortable, placentero y tranquilo, se desenvolvía el correr del tiempo en la ciudad de Huehuetenango. Dos clases muy señaladas eran las que constituían la comunidad. En una de ellas se encontraban los acomodados y los funcionarios. Los primeros vivían de la agricultura de sus fincas en los municipios, y los otros claro esta, eran servidores públicos y bien conocidos.
La otra clase era la de los pobres, quienes se ganaban el sustento en oficios manuales, constituyendose entonces en la clase artesanal.
El comercio local se hacia en almacenes y tiendas. La moneda en los primeros años fue de plata y oro, luego se usarons los billetes y hasta cedulas municipales. Los víveres eran procedentes de los pueblos, y para aquel entonces ingresaban grandes cantidades de granos y ganado. Algunos eran tan baratos, que hasta los más pobres podían obtenerlos a cambio de "chiles", verdura que sustituía a la moneda muy frecuentemente para comprar verduras.
Las principales familias radicadas desde entoces eran: Los Urrutia, las Ezeta, y de otros apellidos: Montt, Montalvo, Alfaro, García Aguayo, Muñoz, Marroquín, asi como tambien los Castañeda, Aguirre, Recinos, Argueta, Morales, Herrera y otros.
Los bailes más importantres eran amenizados por las marimbas de los señores Funes, que les decían "Shules", y la de los Gutierrez, conocidos por "Chorchas". Generalmente se bebía lico contrabandeado de Comitán el cuál era conocido como el "Comiteco", y era según dicen muy agradable. Los bailes de la epoca eran además del Vals, el Schoottis, la Mazurca y la Polca, despues tambien estuvieron de moda el Two Step y Three Step, o sea el movimiento de dos y tres pasos. Eran los principales artesanos a esos bailes que les llamaban de "chancles".
En cambio los bailes populares eran muy concurridos por la muchachada, a quienes los de "arriba" les decían "lanas". La bebida aquí además del comiteco tambien era la "cuschucha" con fresco de horchata. Estas fiestas hasta el amancer generalmente terminaban en pleito y a veces hasta algún muertito. Por eso los chancles los evitaban muy prudentemente.
La Familia Huehueteca:
Las señoras y sus hijas, cuando no había un taller en casa para colaborar con padres y hermanos (tejidos por ejemplo), se ocupaban de atender el hogar.
Las familias pobres ejercían sus oficios con mucha habilidad, en la panadería, fabricación de dulces y chocolate, cigarrillos de papel y "tusa" o doblador, pues aún no se conocían los de fábrica, hasta que salieron a la venta los "Bone" a mucho mayor precio. Muy socorrido era tambien el arte de hacer candelas de cera, y las más inteligentes se dedicaron a confeccionar vestidos para las casas grandes.
Capacitadas familias de artesanos ejercieron por muchísimos años, sus insustituibles oficios, realizando una actividad muy honrada, y que era la herencia de muchos huehuetecos que se iban empleando en el ramo respectivo: zapateros, carpinteros, sastres, tenedores de libros, ebanistas, etc. Casi en su totalidad todas las cosas se fabricaban aquí mismo en la localidad, y muy poca mercadería era traída de Quetzaltenango y Guatemala, ciudades con las que se comerció exclusivamente.
Antiguamente muchas familias se conocían por los apodos, los cuáles eran ya una herencia, y generalmente eran graciosos como por ejemplo: las "coyotas", las "conejas", los "coches", las "yoques", los "chapulines", y otros que a los indicados no producían ningun enojo. Por otra parte tambien se daban casos en los que se asociaba un nombre con alguna otra característica, y así se hicieron populares: como don "chico mantequilla", el "general cáscaras", "tía datía", y "tía lapa la barbada", Marcos "cushín", tío "layo las yeguas"-guitarrista-, y "tío Quirino shinga" con su violín para amenizar, de gratis, las fiestas de los pobres; y el simpático "raquito", de menudo cuerpo y ronquito, muy inteligente y buen calígrafo para desempeñar cargos en oficinas públicas.
En aquellos tiempos, enamorar a una mujer era toda una empresa para tiempo. Casi siempre había que conseguirse un chico listo o hacerse amigo de alguien de la casa para mandar a ofrecer la primera carta que de ser recibida (y a veces no) la seguían otras hasta obtener la respuesta que a menudo era con evasivas y disculpas que no desalentaban al galán. Al contratio, cuando había una esperanza, se asedía la fortaleza con ramitos de flores y serenatas de marimba o instrumentos de cuerda con sentidas canciones.
El matrimonio no era muy común en la clase obrera, siendo la causa principal la falta de dinero, entonces el problemas se resolvía con la simple unión.
Los chicos, los más pobres eran sin duda los más felíces por las correrías que hacían en largos campos hasta el río para pescar, nadar y hacer uso de la cerbatana. No había dinero ni para comprar hule para hondas. Los juegos de la epoca eran entonces apuestas con bolitas y botones, guasapas, perinolas, trompos, y en Semana Santa, ceras o tipachas.
La temporada de barrilete en los cerritos de San Jose o del Maíz o en la calle del cementerio era muy concurrida por aficionados y espectadores que por las tardes admiraban el arte de los fabricantes, verdadero arte con papel de color y habilidad de los jugadores... Todo tan alegre. Ah tiempos aquellos señora Chepita!
/Dr. Horacio Galindo Castillo
Apunte Histórico___________________________________________
En el año de 1906 fue inaugurado el mercado municipal en el predio que ocupa en la actualidad y que anteriormente pertenecía a la policía nacional. En aquella epoca y aún durante los años despues, el cambio del dólar que el comercio obtenía para las importaciones de mercadería era de dos pesos por uno. El precio medio de una casa era aproximadamente de $100
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